Crítica

Manel Galià: Las emociones a través del movimiento.

Manel Galià es un artista que ha dedicado toda su vida a lo que mas le gusta: crear. Su padre, Narciso Galià, fue profesor de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, donde también se formaron su madre y sus dos hermanos.025066010

Galià trabaja distintos materiales, pero sobre todo la fibra de vidrio, la terracota y el hierro. Despoja a su obra de cualquier planteamiento estético trabajando a fondo la materia, y otorgando a sus creaciones un significado universal: el movimiento; el instante de un estado, que le permite ahondar en el concepto de sentimiento.

Le hemos visto moldear el barro con una maestría evidente y una pasión indiscutible en su estudio de Sant Mori, Gerona, entre muros de piedra centenarios, bloques de arcilla y unas vistas preciosas. De carácter hospitalario, no desperdicia energía en describir su trabajo, sino que se pone a esculpir mientras le fotografiamos.

"¿El movimiento es pensamiento o el pensamiento es movimiento?" Manel Galià actualiza una disciplina clásica y la transforma para adaptarse a una contemporaneidad que requiere mensajes inmediatos:  Cuando esculpe un hombre con los brazos desplegados, como volando, está diciendo: "¡Venga! ¡Sal! ¡Vuela! ¡Decídete!"

"¿Un hombre colgado de una cuerda? No, no es un trapecista". Sugiere un estado de ánimo: quizás alguien que se enfrenta a un reto.

Formalmente, Manel Galià no idealiza sus esculturas e incluso evita la representación facial. Su estilo es incalificable: ni reaccionario, ni tradicionalista. Se abstrae en la interpretación del movimiento y disfruta con la textura. Su factura formal responde solo al concepto: el de la experiencia personal, que el artista reconoce y representa y a la que intenta dar una respuesta.

« La escultura no es un objeto, es una interrogación, una cuestión, una respuesta. No puede estar terminada ni perfecta. »  Giacometti.

Por Nuria Arfa para Muud Magazine
Octubre 2014

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Manel Galià, un lenguaje único con revistros diversos


Manel Galià (Barcelona, 1966) es un artista poco conocido, aunque su apellido forma parte de los grandes referentes de la pintura catalana. Es un artista poco dado a la actividad expositiva, pero que lleva prácticamente toda la vida trabajando en el mundo del arte. De difícil clasificación porque va de un registro a otro huyendo de reincidencias, comodidades o estancamientos. En cualquier caso, Manel Galià es artista, esta su razón de ser, este es su trabajo, esta es su vida y su pasión. ¿Qué más se puede pedir? "Vender", dice con una sonrisa pícara, mientras apunta que ésta no ha sido su preocupación, pero que ahora ha pasado a formar perte de sus prioridades, especialmente desde que tiene dos hijos.

Hijo de pintor y catedrático de pintura y color en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, Narcís Galià, éste le transmitió una sólida formación y una base prodigiosa de conocimientos artísticos. Su entorno artístico va mas allá puesto que en su familia siempre se ha respirado el olor de los pinceles. Su madre, hermano y hermana también cursaron Bellas Artes.Manel Galia

El maestrazgo de un valor de hierro como su padre lo tuvo bastante tiempo instalado en una pintura esencialmente paisajística, en la que el color, la pincelada y la materia se combinaban sobre la tela en armonía con un sonido de factura impresionista. Uno de sus artistas de cabecera es Cézanne y su pintura así lo constata. Sin embargo, llegó un momento en que sintió la necesidad de salir de allí, de desaprender todo lo aprendido y buscar su propio lenguaje.

 

Este nuevo instinto le ha llevado a trabajar cada vez más intensamente el volumen, hasta el punto que hoy día su creatividad se dedica mucho más a la escultura que a la pintura. Cuando se le pregunta si se le sitúa más en un terreno o en otro, responde que se siente más pintor, aunque en los últimos años ha tendido más a trabajar las tres dimensiones, quizás movido por la necesidad de relajar la continua faceta pictórica de sus inicios. En realidad, no diferencia un lenguaje del otro. “La escultura es como la suma de muchos dibujos, cada vez que giras una pieza escultórica aparece un dibujo diferente”, dice. 

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Los temas también son muy dispares, teniendo en común, sin embargo, le hecho de formar parte de una cotidianeidad muy humana y van desde la desestructuración del paisaje natural a la modelación de las preocupaciones principales y los equilibrios vitales a través de figuritas entrañables que evocan pensadorers, funambulistas, voyeurs, trepadores, juguetones, esquivos, personajes que caminan dentro de un círculo cerrado o que están a punto de tirarse a la piscina. También tiene una serie reciente dedicada a cuestiones muy esenciales como la proximidad, la implicación, la distancia, a través de unas bolas de barro blanquecinas. El barro es uno de los materiales que trabaja más últimamente. De hecho, lo trabaja desde que se instaló en el Empordà, en pleno contacto con la tierra.

Hace ocho años que vive en Camallera. La relación con el Empordà le viene de su pareja, Claudia, que ya tenía raíces paternas aquí. En este mismo Empordà celebra su próxima exposición colectiva. Es del 26 de mayo al 17 de junio en el espacio de arte Km7 de Saus-Camallera, y se titula "Blanco", en alusión al color que pone en común la obra de los cuarenta artistas que intervienen.
Manel Galià no se ha prodigado en exposiciones en Catalunya porque donde ha tenido más actividad expositiva individual es en Mallorca y Madrid. En su trayectoria hay una curiosidad destacable y es que escogieron una de sus piezas para figurar en la película “Vicky, Cristina, Barcelona” de Woody Allen.

Cuidado con Manel Galià cuando se tire a la piscina!

 

Tina Casademont
Empordà Guia
J
unio 2012

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critica manel galià

 

Con Manel Galià nos encontramos ante un artista completo que por sólida formación podría haber caído en la tentación de genialidad que tanto abunda hoy.

 

En su lugar se ha decantado por el complejo estudio del color según la arquitectura de las formas y sus armónicas interrelaciones cromáticas derivadas de las aportaciones cezanianas.

 

Una obra de dificultad ambiciosa que podríamos resumir en el término actual de “legal”.

LAHERMAN. crític. P.D.R

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La materia juega un papel fundamental en la obra de Manel Galià. Se trata de un pintor joven, impulsivo, que nos ofrece una pintura enérgica, matérica, densamente empastada y trabajada, conjugada de luces y efectos a la búsqueda de lo que más atrae.Sus cuadros están bien construidos, con firmeza, y solucionados con una pincelada corta, insistente.

Sus temas son básicamente paisajísticos, encontrados tanto en los Pirineos y el Montseny, como en la siempre hermosa e insular Mallorca. 

Color, luz, valentía cromática, son las armas pictóricas de Manel Galià

GAL-ART